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domingo, 26 de enero de 2014

PLANTEARSE OBJETIVOS



Un rico labrador que veía próximo el final de sus días, reunió a sus hijos y les dijo que, a su muerte, buscaran un tesoro que habla dejado escondido en su propiedad. Siguiendo las
indicaciones de su padre, los hijos cavaron la tierra de arriba a abajo, sin dejar un palmo. Tesoro no hallaron, porque no existía, pero habían removido la tierra con tanto ahínco que, al año siguiente, la cosecha se quintuplicó.

En los años 50, Masaku Ibuka, de Sony, les planteó a los ingenieros de la compañía una meta aparentemente imposible: hacer una radio que cupiera en el bolsillo de la camisa. Fuera de Sony, la idea encontró escepticismo. Sin embargo, la compañía fabricó la radio de bolsillo; el producto penetró en todos los mercados y las investigaciones que se habían realizado en el campo de los transistores más tarde merecieron el premio Nobel.

El efecto dinamizador de una meta ayuda a una organización mientras no se haya alcanzado. Una vez alcanzada debe reemplazarse por otra, porque si no se cae en el riesgo de la autocomplacencia, primer paso hacia la decadencia.

EL MAGO SABIO

Había una vez en un país muy lejano un mago con cuyo método, aseguraba, uno podía conseguir cualquier cosa. El propio mago, a
pesar de llevar una vida casi austera, parecía ser una persona tremendamente feliz y satisfecha, y muchos aseguraban que era uno de los grandes sabios de su tiempo.

Un día un joven señor fue a visitar al mago. Acudía de un torneo en el que había conocido a la bella hija del rey, y se había enamorado perdidamente de ella. “Mago, enseñame un método para encandilar a la princesa y te cubriré de oro”, le dijo. Y el mago aceptó el encargo.

“Bien”, comenzó el mago, “lo primero es pasar mucho tiempo con la princesa para irla conociendo. Ella adora montar a caballo, por lo que tendréis que empezar a cabalgar en los mismos bosques que ella”. El joven señor puso mala cara. “Ya me gustaría, pero es que mi caballerizo es un patán, tiene los caballos hechos una pena, llenos de mugre y heridas, y aunque he intentado por todos los medios que se tome su trabajo en serio no ha habido manera”.

El mago pareció sorprendido. “Bien, ¿Y por qué no despedís al caballerizo?”. “Oh, lo haría”, dijo el joven señor, “pero lleva mucho trabajando con nosotros, lo contrató mi padre y no me gustaría enemistarme con él”. “Bueno”, continuó el mago, “es una contrariedad sin duda, pero podemos intentar seguir con el resto del método”.

“Lo que debéis hacer entonces”, prosiguió, “es mostaros lo más atractivo posible a la princesa. Llamad a vuestro sastre y que os prepare un traje fastuoso”. De nuevo, el joven señor puso cara de contrariedad. “Imposible, mago”, replicó, “mi sastre me sale por un ojo de la cara. Siempre comienza con ofertas muy baratas, pero el traje que me entrega es un desastre, y entonces empezamos con los arreglos: una puntadita por aquí, un botón por allá… Y claro, al final el traje sale tan caro que mi padre ya me ha suspendido el presupuesto para vestidos”.

El mago lo miró en silencio durante unos segundos. Meneó la cabeza y dijo “en fin… Intentemos otra cosa: mostradle a la princesa vuestras dotes de liderazgo. Haced que vuestros hombres organicen unas maniobras militares en las que vos os mostraréis como el gran estratega y guerrero que seguramente sois”. Una vez más, el joven señor parecía a punto de llorar. “No sabéis lo que decís… Mis hombres tienen una rutina muy marcada, y en el momento en el que se les pide algo más de lo que les toca empiezan a quejarse, a protestar, incluso a desobedecer las ordenes… Si empiezo a pedirles esfuerzos y que hagan cosas nuevas tendré problemas”.

El mago meditó de nuevo unos segundos. “Muy bien, tengo la solución”, dijo. “Todas las noches, antes de acostaros, haréis gárgaras con esta poción, por la que os cobraré mil monedas de oro. En un tiempo, la princesa acabará rendida a vuestros pies”. Por fin, el joven señor saltó loco de alegría. “¡Esto es lo que necesitaba! En verdad sois un gran mago, y si la poción finalmente funciona no solo ganaréis estas mil monedas, os cubriré de oro como os prometí”.

Esa misma noche el joven señor comenzó con las gargaras. Durante un mes, dos, tres, el señor hizo gárgaras y gárgaras y más gárgaras hasta que la gargante se le enrojeció y casi perdió el habla, pero la princesa no daba muestras de notar siquiera su presencia. Compró otra poción, y otra, y otra más. Pasó un año entero, y nada. Entonces, enfurecido, marchó donde el mago.

“¡Me has engañado!”, gritó al mago. El mago le miró sonriendo. “Bueno, mi señor, no podéis culparme”, le respondió, “pensé que si el caballerizo, el sastre y vuestros hombres os tomaban por tonto, yo debería quizás probar suerte “.

MORALEJA 1:


El que algo quiere, algo le cuesta.

MORALEJA 2:

Algunos piden consejo y lo que realmente están pidiendo son trucos mágicos.

MORALEJA 3:


La magia no funciona (casi nunca ;-) )

MORALEJA 4:

Sigue haciendo lo mismo de siempre y los resultados serán los mismos de siempre.

LOS LEÑADORES



En el “Campeonato Mundial de Leñadores” que se celebra todos los años en Canadá, llegaron a la final un Canadiense y un Noruego,
llamados Peter y Johann respectivamente. Su tarea era muy sencilla. A cada uno de ellos se le adjudicó un sector del bosque. Aquel que talara más árboles entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde, sería el ganador.

A las 8 en punto sonó el silbato y los dos leñadores se pusieron manos a la obra con destreza. Iban talando intercambiando golpe tras golpe hasta que a las nueve menos diez el Canadiense oyó que el Noruego se detenía… Advirtiendo su oportunidad, ¡el Canadiense redobló sus esfuerzos! A las 9, el Canadiense oyó que el noruego comenzaba a talar otra vez. Una vez más parecía que iban talando intercambiando golpe tras golpe, ¡hasta que a las diez menos diez el Canadiense oyó que el Noruego se detenía! El Canadiense perseveró, decidido a sacar el mayor partido posible de la debilidad de su adversario. A las 10 en punto, el Noruego comenzó a talar de nuevo. Hasta que a las once menos diez hizo una nueva pausa. La confianza del Canadiense iba en aumento, podía “oler” la victoria y prosiguió con su ritmo regular y constante. Y así sucesivamente a lo largo de todo el día. Cada hora a menos diez, el Noruego paraba y el Canadiense seguía talando. Cuando sonó el silbato a las 4 de la tarde señalando el final de la competencia, el Canadiense estaba absolutamente convencido de que el premio era suyo. Se podrán imaginar cuál sería su sorpresa al descubrir que había perdido…

“¿Cómo lo hiciste?” le preguntó al Noruego. 


“Cada hora a menos diez oía que te parabas. ¿Cómo demonios pudiste cortar más árboles que yo? ¡No es posible!” 

“Pues realmente es muy sencillo,” respondió el Noruego con franqueza. “Cada hora a menos diez, paraba. Y mientras tú seguías talando, yo me dedicaba a afilar el hacha…”

DOS IDIOMAS



Habían tres pájaros en una cerca, dos decidieron volar lejos, muy lejos…

¿Cuántos pájaros quedan?



Respuesta: Tres pájaros. Una cosa es decidir hacer algo, y otra cosa es hacerlo.

Moraleja: Decidir algo no es suficiente. Hay que hacerlo
15/11/2013, 21:04 - Manuel Herrero: Una mañana un gato estaba persiguiendo 2 ratones, pero estos fuerón más rápidos y lograrón refugiarse en un pequeño hueco que encontrarón.

El gato desde afuera esperaba la salida de su alimento, - "Miau, miau, miauuu...", decía.

Dentro los ratones murmuraban:

- "Ojo que ahí esta el gato". Decía uno al otro.

De pronto se oyó el ladrido de un perro.

- "Guau, guau, guau"...

Y en ese momento un ratón le dice al otro:

- Llegó un perro y seguro ahuyento al gato, aprovechemos y corramos hacía nuestra ratonera.

Cuál no sería la sorpresa de los ratoncitos al ver al gato afuera esperándolos para darse un gran banquete con ellos.

En un dos por tres, el gato estiró sus dos manos, abrió las garras y lo atrapó.

Mientras disfrutaba de su banquete, el gato decía:

- "Hoy en día el que no hable al menos dos idiomas se muere de hambre".

EL MILLONARIO



Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones y en  determinado momento, pide silencio y la música para, y dice, mirando hacia la piscina donde criaba cocodrilos
australianos...... ,

- "El que logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos...¿¿¿¿¿¿ Alguien se atreve?????? "

Espantados, los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste:

- "El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos y mis aviones... ¿¿¿¿¿ Alguien se atreve?????"

El silencio impera, y una vez más, ofrece:

- "El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos, mis aviones y mis mansiones..."

En este momento, alguien salta a la piscina. La escena es impresionante...Una lucha intensa, el hombre se defiende como puede, agarra la boca de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles... DIOS MIO... Mucha violencia y emoción. ¡¡¡Parecía una película de COCODRILO DUNDEE!!!

Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente hombre,lleno de arañazos, hematomas y casi muerto.

El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:

- "¿¿¿¿¿¿ Dónde quiere que le entregue los autos??????"

- "Gracias pero no quiero sus autos..."

Sorprendido, el millonario pregunta:

- "¿¿¿Y los aviones???, ¿¿¿¿dónde quiere que se los entregue????"

- "Gracias, pero no quiero sus aviones..."

Extrañado por la reacción del hombre, el millonario pregunta:

- "¿¿¿¿¿¿Y las mansiones??????

- "Yo tengo una bella casa, no necesito de las suyas. Puede quedarse con ellas... No quiero nada que sea suyo..."

Impresionado, el millonario pregunta:

Pero si Ud. no quiere nada de lo ofrecido, "¿¿¿¿qué quiere entonces????"

Y el hombre le respondió muy irritado:

- " ¡¡¡¡¡¡Encontrar al cabronazo que me empujó a la piscina...!!!!!!"
 
MORALEJA:

SOMOS CAPACES DE REALIZAR MUCHAS COSAS QUE A VECES NI NOSOTROS MISMOS CREEMOS...
PERO SÓLO NECESITAMOS UN EMPUJONCITO Y EN CIERTOS CASOS...
HASTA ALGÚN CABRONAZO, ES ÚTIL EN NUESTRA VIDA...

LA CARRERA DE REMOS



En 2004 se celebró una carrera de remo entre empleados de una empresa japonesa y de otra española. Se dio la salida y los japoneses empezaron a destacar desde el primer momento, llegando a la meta con una hora de ventaja sobre el equipo español.


La Dirección de la empresa española analizó las causas de tan amarga derrota y advirtió que el equipo japonés estaba compuesto por 10 remeros y un jefe de equipo, mientras que la tripulación española la componían 10 jefes de equipo y un remero, por lo que se decidió adoptar las medidas adecuadas.

En 2005, la tripulación japonesa llegó dos horas y media antes que la española.

La Dirección se volvió a reunir y, tras un sonoro rapapolvo a la Gerencia, concluyeron que los japoneses habían repetido estrategia (10 remeros y 1 jefe de equipo) mientras que la innovadora tripulación española, remozada tras las eficaces medidas tomadas el año anterior estaba compuesta por: 1 jefe de equipo, 2 asesores a gerencia, 7 jefes de sección y 1 remero.

La conclusión de la Dirección fue unánime: el remero es un incompetente.

En 2006, tras encargar una innovadora trainera al departamento de nuevas tecnologías, la ventaja de los japoneses fue de cuatro horas.

El Equipo Directivo reunido para analizar las causas del nuevo desastre comprobó que el equipo nipón había optado por la ya tradicional formación (1 jefe de equipo y 10 remeros), mientras que el español, tras una auditoría externa y el asesoramiento especial el departamento de organización, optó por una formación mucho más vanguardista:

1 jefe de equipo,
3 jefes de sección con plus de productividad
2 auditores de Arthur Andersen
y 4 vigilantes jurados que no quitaban ojo al único remero de la tripulación, al que habían amonestado y castigado quitándole los pluses e incentivos tras el fracaso del año anterior.
 

Tras varias horas de reuniones, se acordó que, para la regata de 2007, el remero sea un becario o en su defecto, una contrata externa, ya que, a partir de la vigésimo quinta milla, se ha venido observando cierta dejadez en el remero de plantilla, actitud que roza el pasotismo y con comentarios del tipo:”El año que viene va a remar su puta madre” al llegar a la línea de meta.