Había un ratón
que estaba siempre angustiado porque tenía miedo del gato.
Un mago se
compadeció de él y lo convirtió… en un gato.
Pero entonces,
empezó a sentir miedo del perro. De modo que el mago, lo convirtió en perro.
Luego empezó a sentir miedo de la pantera, y el mago lo convirtió en pantera.
Con lo cual comenzó a temer al cazador.
Llegado a este
punto, el mago se dio por vencido y volvió a convertirlo en ratón, diciéndole:
“Nada de lo que
haga por ti va a servirte de ayuda, porque siempre tendrás el corazón de un
ratón.”

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